martes, 28 de febrero de 2012

Sur la folie

Vos sos una cosa loca. Algo así como un viaje en carretera a 120. Algo como ese saltito del corazón al encontrar a alguien por sorpresa, así como llegaste vos, por sorpresa ¡Boom!

Sos como esos ojos que casi nunca se encuentran al otro lado del estante de libros. Así de improbable, así de imposible sos. Pero sos, y esos ojos a través de libros son ahora reales. Y esas miradas que nadan a lo largo de las hojas olorosas, empolvadas, amarillas, olvidadas, ese también sos vos.

Un lunar en la ceja, un lunar al lado de la nariz. Una espalda arqueada, un camino en el cuello. Un ukelele desafinado y una embarcación que si no fuera por los arboles en ella, apenas sobreviviría en un mar de papel celofán. Ahogarme en mi propia estupidez, en mi propia inmovilidad cada vez que te miro, cosa loca que sos.

Despertás mi libido literaria, un privilegio que sólo los arboles habían tenido hasta el momento. Vos sos hablar de política con tus piernas entre las mías, sos solecito mortecino de las 4, sos una sesión de fotos en París, existente solo en mi mente. Tanto delirio me has causado, ¿te podés imaginar?

Algo así como un destino que me niego a creer. Una cosa loca, un viaje en carretera bajo un sol blanco y borracho de aguardiente, un lugar desconocido, descubierto a 120. Nada que envidiarle a Rimbaud o a Dylan.

Una cosa loca ¡Boom!