martes, 1 de noviembre de 2011

Informe no. 1 desde la junta de accionistas.

Y allí donde se sucumbe a un embrujo irreal, todo lo que habían sido se convirtió en algo que ni ellos pudieron comprender. Los días y las noches se les fundían en los sueños, entre los dedos y los ojos y los besos, no había tiempo, ni fresas ni estrellas, no había nada que no fueran ellos y ese solecito que se cuela entre las ramas.

En medio de toda esa nada, de todo ese infinito, se filtraba de cuanto en cuanto un pensamiento, entraba sigiloso en su cabeza, se escabullía silencioso y ¡pop! prendía la luz, así nomas, dejándola en frente suyo, sin nada encima, gritándole a la cara quien era, y la asaltaba un miedo que nunca la dejaba hasta que él la hiciera olvidar, creer que todo fue una pesadilla agridulce, o mejor, hasta que él la hiciera caer, sentir.

Solo decir palabras que ni ella entendía, palabras demasiado grandes, todo hasta quedar inconsciente, regresar de nuevo a la inseguridad de lo efímero, a la perfecta oscuridad del ahora, a la nada infinita que se filtra entre las ramas de los arboles, entre los dedos, los ojos y los besos.

jueves, 16 de junio de 2011

El Muñeco de la Mafia (Pt. 2)

Exceptuando la estatura, todo en su vida era exceso: alcohol, mujeres, balas, muertos, sangre, drogas, billetes verdes, azules, naranjas, balas, comida, boleros, fiestas, orgías, balas, balas, balas. Pero tal vez lo más ostentoso que tuvo El Duende Boresca fue una versión en miniatura del increíble palacio que en 1654 el emperador mongol Sha Jahan construyó en honor a su esposa preferida, Mumtaz Mahal: El Taj Mahal. El Duende, haciendo uso de sus extraordianrias capacidades intelectuales, le puso a su miniatura el creativo nombre de Majal Tah.

Este palacio ubicado en la Amazonía cocalombiana, se camufló de aviones, radares y helicópteros durante 30 años, hasta que fue descubierto por un distraído biologo que buscaba mutaciones en fauna y flora amazónica tras la exploción del volcán radiocativo del Chimborazo, en Ecuador. El Palacio es una replica exacta del original en India, solo que su tamaño y el de todo su mobiliario está adecuado a las proporciones del Duende.

Las paredes, hechas en mármol, piedra arenisca o piedra pulida, están decoradas con piedras preciosas y semipreciosas: jades, rubíes, amatistas, diamantes, pero principalmente -aquí difiere del original- esmeraldas, "pues hay que apoyar a las empresas nacionales, que tanto me han apoyado a mí", decía Boresca. Otra diferencia sensible se puede apreciar en la capilla: en vez de motivos de plantas como tiene la mezquita del original, hay en las paredes mosaicos hechos de piedras semipreciosas y vidrio pulido sobre las doce estaciones de Cristo. En la cúpula interna de este mismo recinto, se encuentra un mosaico con la imagen del Divino Niño.

El resto del edificio copia fielmente al Palacio hindú: los inmensos jardínes, la intricada decoración y el tallado en paredes y techos, los balcones, las habitaciones con sensuales aceites aromáticos y camas con almidonadas sábanas que invitan al disfrute de los placeres carnales (estas camas eran más bien sillones para las personas de tamaño normal). Pero es el mausoleo el que reproduce con mayor fidelidad al Palacio original: un sultán caído, traicionado por su hijo, con el único amor de su vida: su esposa, en el caso del mongol, y en el del narco, incrustada en la mitad de la frente, una bala.

lunes, 6 de junio de 2011

El Muñeco de la Mafia (Pt. 1)

Le decían El Duende, cuenta mi padre con una mirada de pánico. "Ese hombre era un diablo, un demonio enviado por Satanás. Ese hombre no era hombre" dice, tratando de apartar una imagen ficticia que se crea ante sus ojos. El temor que despertaba ese narcotraficante no solo en mi padre, sino en todos los habitantes de mi país, hacía creer que sí podría ser una criatura maligna, un enviado del ángel caído.


Los recortes de prensa y noticias que he visto sobre él justifican ese pavor colectivo: no solo convirtió a mi país, Cocalombia, en el más peligroso de mundo, y a mi ciudad, Metrallo, en un antro de prostitutas caras, sicarios, droga y violencia, sino también en una ciudad fantasma con policías abaleados por otros policías, bombas con diferentes presentaciones en cada esquina (carro-bomba, caballo-bomba, pájaro-bomba, entre otros de un extenso arsenal) y dónde la ley del más fuerte -o el más armado- reinaba, y la gente buena y trabajadora como mi padre, debía permanecer lo más lejos posible de la calle, cualquier calle. Era un estado de sitio no impuesto por el poder ejecutivo de Cocalombia, sino por su presidente: El Duende Boresca.


El Duende era el narcotraficante más poderoso del mundo. Controlaba la principales rutas de tráfico de drogas, armas y mujeres de Cocalombia y todo USAmérica. Sus únicos rivales eran una banda de mariachis mexicanos que lograban camuflar armas en guitarras y violines, y mujeres en guitarrones. Pero en el negocio del polvo mágico, del Joy Powder, El Duende era el único, el más grande. Obviamente en sentido figurado, pues Boresca no medía más de un metro con 20 centímetros. Sus desproporcionadas medidas (una cabeza demasiado grande respecto al cuerpo), sus brazos cortos y pequeños dedos rollizos adornados con estrafalarios anillos de oro y esmeraldas, su cuello ataviado con cadenas moldeadas en forma de serpiente, sus pies torcidos siempre en unos bubblegummers que remataban unas piernas de bebé, sumados a su peculiar tono de voz -algo así como un híbrido entre un delfín y un grito gutural- y a su caminar pausado y difícil, daban la impresión de estar presenciando a un ente demoníaco cuyos pequeños ojos parecían hechos del más negro y espeso petroleo. Un ente salido de un aquelarre llevado a cabo en las profundidades de la tierra.


Exceptuando su estatura, todo en la vida del Duende Boresca era exceso. Pero tal vez lo más ostentoso que tuvo Boresca...

domingo, 8 de mayo de 2011

Now you tell me: Am I high, or am I just a sick bitch?

We're so young, we should create something
A rocket, balloons, bullets. Anything. Everything
We're so colorful,
we should destroy something
Explode. explore. rock 'n' roll. Anything. Everything

We're so young
hot blood running through our veins
fresh peppermint tongues, marshmellow teeth
strawberry, blackberry, wildberry lips.
So powerful, electric, eclectic.
We should destroy something. Anything. Everything

Fucked up little girls. Or words. Or worlds.
Fucked up little bottles and birds and whores.
Now you tell me:

Am I high, or am I just a sick bitch?

lunes, 18 de abril de 2011

Fuego, Fuego, que me quemo por dentro

Gato blanco? No, gracias.
Negro? No, gracias.
Fuego?

"Se llama fuego a la reacción química de oxidación violenta de un material combustible, con desprendimiento de llamas, calor, vapor de agua y dióxido de carbono. Es un proceso exotérmico. Se señala también como una reacción química de oxidación rápida que es producida por la evolución de la energía en forma de luz y calor"

Se llama cólera a la reacción violenta del material combustible de las entrañas. Implica llamas, calor en las mejillas, agua en los ojos. Es un proceso exodérmico: surge dentro de la piel, pero se manifiesta fuera de ella. Además, implica pérdida de energía. Es una reacción rápida producida por la evolución de la energía en forma de luz y calor, semejante al infierno mismo.

Hey, fuego?
Por favor, me vendría bastante bien

lunes, 21 de marzo de 2011

Ahora Todos Leen a Rimbaud (sobre la falta de creatividad que (me) ronda por estos dias o cómo hacer una copia adrede)


Oh si, ahora todos leen a Rimbaud. Todos leen a Verlain, a Whitman, a Caicedo. Maintenant, estar maldito es una bendición. Todos quieren un gato que se llame Pink Tomate, o en su defecto, Trip. Ahora, todos queremos estar un poco más tristes, un poco más ebrios, un poco más alucinados. Todos quieren a una amarilla y todas quieren a un Sven, o en su defecto, a un Miguel Angel. Oh si, ahora todos deseamos estar un poco más perdidos, estar un poquito -pero solo un poquito- más olvidados, más en el fango. Queremos sueños rotos, almas rotas, alas rotas, alitas sucias y suaves de angelitos empanatanados. Queremos más vodka, más whisky, más rouge en un espejo de baño. Ah, y un gato que se llame Pink Tomate, o en su defecto, Gary Gilmour. Ahora todos quieren tomar mate y jugar rayuela en París, todos quieren vivir una temporada en un infierno ojala de silicona y parafilia.

Yo mientras tanto ruego por que no conozcan pronto a Kerouac, porque si asi fuera, entraría en colapso el transporte terrestre de los Estados Unidos... y que cosa tan seria sería eso.

viernes, 11 de marzo de 2011

Hay algo maldito (o divino, depende quien lo mire) en el periodismo, pues este se parece a esa actividad malsana de

querer

..........vivir

....................enserio.

lunes, 28 de febrero de 2011

Light Philosophy

Todos los lugares de esta ciudad queman mis pupilas y me hacen volver a días mejores...cierro los ojos, recuesto mi cabeza, y pienso que aun estoy allí.
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La decepción me invade al tiempo que la realidad lo hace también, no hay una pizca de belleza aquí, me siento atrapada, rodeada de tantas montañas y tantos idiotas que viven sin sentido, basándose solo en lo material, me dan ganas de llorar... es imposible que pueda existir tanta estupidez, y me duele el alma por esos seres alienados, que no se dan cuenta que son también metafísica, me duele la güevonada, la estupidez y la indiferencia de esta "gente", que ni gente es, son animales, y ni siquiera eso, los animales no se comportan conforme a lo que dicen otros... (¡¿quién dice que se vistan como putas?!) ellos se comportan conforme a su naturaleza, a lo que son. Entonces, me pregunto, honestamente, ¿por qué la gente no se comporta como lo que es? ¿por que no piensan? ¿por que no cuestionan?
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No se la verdad como pueden soportar su existencia sin comportarse como lo que son.
Bueno, en fin, solo si no se acercan a mí con su repugnante enfermedad; que hagan lo que quieran, pero no los quiero ver. ( o se van , o me voy, traducción al público)

jueves, 6 de enero de 2011

Heavy Water

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Soñé que llovía. Despues de cinco días de sol, soñé que llovía de nuevo. Terrible, la verdad sea dicha. Soñé que llovía una lluviecita sosa, de esas cuyas gotas parecen agujitas cayendo del cielo: delgadas y ligeras. Una lluvia suave pero continua. Nada de grandes proporciones.
Y, como ya dije, tras cinco días de soleados, cargados de ese calorcito mortecino de medio día, de esas ganas de no existir siquiera, soñar con una lluvia tenue se convirtió en un ladrillazo en el alma.
Soñé que esa telita gris se filtraba en cada calle de una ciudad sin nombre, en cada esquina, en cada pedazo de asfalto que alguna vez hubiera visto la luz del sol.
Y ahi estaba yo, con el alma y los pies desnudos, inundada por dentro y por fuera, sintiendo como una a una, las agujitas caían en mi cuerpo y me perforaban, de a poquitos, el alma.
Te ví entonces, parado en la mitad de esa niebla líquida, también con los pies (aún no sé si el alma) desnudos. Caminamos juntos, deambulamos por aquellas calles desiertas, sin tocarnos, sin hablar, pero inventando secretamente pajaros y arboles y ríos.
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Luego recordé que todo era un sueño, y a pesar de haberte conocido, a pesar de nuestros secretos prematuros y nuestras revoluciones divinas, preferí el cálido rayo de luz que se filtraba, nada tímido, por mi ventana. Preferí vivir, antes que soñar.
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Y es que, para mí, soñar nunca fue suficiente.